Autónomo: presentación del programa Consolida’t
5 de marzo de 2015Crowdfunding, seed capital, business angels. ¿Cuál es la financiación privada más adecuada para mi proyecto?
11 de marzo de 2015FOTO: @joanavulart
«A los hombres les parece que las mujeres divagan o se van por las ramas y nunca van directos al grano. A veces, el hombre tiene la impresión de que su papel consiste en averiguar lo que ella quiere o que se espera de él que tenga la habilidad de leer el pensamiento. Esta vaguedad aparente es lo que se conoce como «discurso indirecto».
[…]
La mujer utiliza a menudo el discurso indirecto. Esto quiere decir que da pistas de lo que quiere o insinúa cosas. «[1]
La empresa se comporta como una mujer, emplea el discurso indirecto.
¿Qué lenguaje habla? El de los números. Como la entendemos? Con el análisis económico-financiero.
Todavía más difícil, se vale de diferentes instrumentos para comunicarse: el balance, la cuenta de explotación y el presupuesto de tesorería.
El primero nos dice lo que tiene la empresa y lo que debe; el segundo es el motor del negocio, lo que genera los recursos; el tercero es el engranaje que une los dos instrumentos anteriores, el que canaliza los recursos desde donde se generan hasta donde se han de utilizar.
La empresa nos cuenta lo que le ha pasado y como se encuentra a través de cada una de estas herramientas, pero cada una da una parte de la información. Estas partes pueden abrir diferentes posibilidades y sólo desde la unificación de todos los instrumentos encontramos los puntos de intersección y entendemos el mensaje completo.
La empresa nos habla. Hay que querer escucharla, poner atención, captar las diferentes partes del mensaje y ponerlas en común. Eso sí, una vez la escuchamos, nos dice lo que podemos hacer, lo que no podemos hacer y lo que sólo podemos llevar a cabo con ayuda. Nos da seguridad en las decisiones y capacidad de reacción. Se pone de nuestra parte y nos acompaña. ¿Qué mejor aliado podemos tener?
Desde Elisabetbach.com te podemos ayudar a valorar la situación de tu negocio y a interpretar el lenguaje de tu empresa. Nos puedes contactar por mail, por el formulario, o bien a través de las redes sociales: Facebook, Instagram o Twitter. ¡No te quedes con dudas!
[1] Fragmento de ¿Por qué los hombres engañan y las mujeres lloran? Allan y Barbara Pease. Amat editorial, 2003.