¿En qué se parecen las start ups y las micropymes?
27 de febrero de 2018Cómo mantener la empresa bajo control en sólo una hora
20 de marzo de 2018Este es un artículo que ya hace tiempo que quería escribir y esperaba una ocasión especial para hacerlo. Está basado en experiencias que me han comentado algunas emprendedoras-empresarias con quien colaboro y en las reflexiones que me generan. Quizá algunas emprendedoras habréis vivido alguna de estas situaciones y os sentiréis identificadas. Quizás sois de los persones que tiene en su entorno una emprendedora que tiene un proyecto o una empresa; en este caso, deseo que este artículo os ayude a valorar la importancia que tiene vuestro apoyo para ella y a encontrar la manera de manifestárselo. En ambos casos, me gustará conocer vuestra opinión.
Por ejemplo, las emprendedoras comentan que un momento clave es cuando comentan en su entorno familiar que quieren emprender un negocio.
A veces la respuesta es de ánimos y apoyo. Otras, es de rechazo -!Pero qué dices! Mejor que busques un trabajo fijo, es más seguro-.
¿Qué hay detrás de estas palabras? ¿El conocimiento de las limitaciones de la persona y de lo que supone emprender y la suposición de que no es capaz de conseguirlo? Independientemente de la capacidad de la persona, ¿el miedo a que fracase, la necesidad de evitarle un disgusto? Porque, en el primer caso, tal vez sí que le hacemos un favor. Pero en el segundo, si nos mueve el miedo, la necesidad de protección, quizás la privemos de lograr lo que le motiva. Es como decirle a un niño que no corra porque caerá. ¿No es mejor dejarlo que corra y estar a su lado para ayudarle a levantarse si cae?
¿Qué hay detrás cuando esta frase nos la dice un amigo/a? Emprender un negocio es entrar en un mundo incierto, a veces desconocido. Puede generar cambios en la persona. Por ejemplo, aumentar la autoestima cuando se alcanzan retos. Y esto cambia no sólo a la persona sino también la forma en que se relaciona con su entorno. Cambia roles y la forma en que los demás nos perciben. Cuando nos lo dice un amigo/a, ¿es porque nos conoce bien? ¿O es por miedo a estos cambios, muchas veces de forma inconsciente?
¿Qué implica cuando nos lo dice nuestra pareja? ¿Es porque nos conoce y conoce nuestras capacidades y limitaciones? ¿O bien por miedo a cambios en el orden de la relación o de casa? Y no lo digo desde un punto de vista machista, sino simplemente de que si alteramos el funcionamiento habitual, también nuestro entorno debe cambiar.
¿Hasta qué punto las mismas emprendedoras intentamos que nuestro proyecto interfiera lo mínimo en nuestro rol habitual? Por ejemplo, hay clientas que me comentan que, al trabajar desde casa, desarrollan al mismo tiempo algunas tareas familiares y domésticas y de trabajo, por ejemplo, si hay alguna reparación a hacer, si quieren ir a comprar, si es necesario recoger los niños . Adaptan horarios y /o interrumpen el trabajo por las cosas que pasan en casa. Algunas se dan cuenta de que de esta manera son poco productivas y deciden fijar unos horarios de trabajo que les permitan focalizarse en la parte profesional a pesar de desarrollarla en casa. Fuera de este horario, realizan las tareas familiares. Y me cuentan lo importante que es que este punto lo entiendan tanto la pareja como los hijos: sin su complicidad, no funciona.
¿Y qué no decir de los hijos? Hay emprendedoras que me han manifestado que han iniciado la empresa para tener mayor flexibilidad horaria. También para trabajar menos horas y así estar con ellos. Los resultados no siempre son los esperados, sino que trabajan en horarios irregulares para compaginar ambas responsabilidades.
Ser emprendedora no es un camino fácil. A veces lo comparamos con una montaña rusa: ahora estás arriba, ahora estás abajo. La gestión emocional es importantísima para avanzar y para conseguir crear y desarrollar el negocio. En esta gestión emocional nuestro entorno es el gran aliado. Y en la medida que este entorno es más cercano, por el nivel de confianza, por el contacto diario, se hace más importante. La frase mágica «venga, que tú puedes!», Es un revulsivo de los días de cansancio y decepciones que se producen en la aventura de ser emprendedora.
¿Y vosotros, qué pensáis sobre el tema? ¿Cuál es vuestra experiencia?