Micropymes: un mundo de héroes

FOTO: @cristina_mainou 

Micropymes: comparemos dos ejemplos.

Ana es diseñadora gráfica. Tiene una micropyme en la que trabajan ella y Esther. Ana se encarga de la captación de clientes, de preparar presupuestos y del seguimiento de la tarea de Esther. Además, constantemente está pensando en cómo evolucionar sus servicios, ofrecer variantes y ofertas según la temporada y el sector. Esther lleva la atención telefónica y realiza las facturas, el seguimiento de cobros y de pagos. Dado ambas son diseñadoras, se reparten los proyectos a realizar pero siempre hay un espacio de puesta en común para ofrecer al cliente la máxima calidad.

Martín es licenciado en telecomunicaciones y máster en dirección de empresas. Trabaja en una multinacional desarrollando nuevos proyectos. Gestiona un equipo de 4 personas y reporta sus acciones y resultados a su coordinador. A la vez, sin embargo, también colabora con los jefes de las áreas a las que afecta el proyecto que desarrolla en cada momento.

Todas las empresas, para tener éxito, deben realizar unas funciones, con más o menos intensidad según el sector en el que están y los recursos de que disponen: deben vender, deben darse a conocer, han de producir el producto que comercializan o realizar el servicio que proponen, tienen que comprar los materiales que les hacen falta, deben investigar nuevos productos y nuevos procesos, deben hacer llegar los productos a sus clientes, han de gestionar las personas y los colaboradores, deben planificar las inversiones y hacer el seguimiento de sus resultados, …

Si observamos las grandes empresas, como en caso de Martín, veremos que tienen diferentes departamentos con profesionales especialistas en cada una de las materias que hemos comentado. Trabajan en equipo, cada uno desde su ámbito, y con el objetivo común de potenciar el rendimiento de la empresa.

Si nos fijamos en las micropymes, como la de Anna, nos podemos preguntar:

¿Quien vende los productos / servicios? ¿Quien se encarga de darlos a conocer?

¿Quién gestiona la producción o la realización del servicio? ¿Quien realiza las compras de materiales? ¿Quien desarrolla prototipos y prueba nuevos procesos?

¿Quien se encarga de que los productos lleguen a los clientes?

¿Quién se preocupa de que las personas de la empresa y de los colaboradores?

¿Quien hace el seguimiento de los resultados de la empresa?

La respuesta a todas estas preguntas es la misma: la persona que está al frente de la empresa. A veces un trabajador, pero con un seguimiento muy importante por parte del empresario.

Según los datos estadísticos, un 55% de las empresas consolidadas no tienen formación específica para emprender o de gestión de empresas¹.

Dicho de otro modo, una micropyme realiza la mayoría de las funciones que una empresa grande lleva a cabo, con la diferencia que la empresa grande lo hace con especialistas de cada ámbito. En el caso de las micropymes, estas funciones las realizan los empresarios, bien directamente, bien delegando en un empleado. Además, dichos empresarios no tienen formación específica en gestión de empresas. Realmente, que estas empresas funcionen parece realmente un milagro.

Pero realmente, de milagro, no tiene nada. Estos empresarios avanzan en base a prueba y error, intuición, asesoramiento y, sobre todo, mucha resistencia e ilusión por el negocio y su crecimiento.

Realmente, lo que hay en cada una de estas micropymes son personas que cada día luchan por su proyecto. ¿No os parece que esto se parece más a lo que podemos llamar un héroe?

¹Global Estrepreneurship Monitor. Informe executiu Catalunya 2016. Carlos Guallarte, Joan Lluís Capelleras, Marc Fíguls, Enric Genescà, Teresa Obis. Generalitat de Catalunya, Diputació de Barcelona, Institut d’Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona, 2017.