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15 de junio de 2022La ilusión de un nuevo año
Empezamos un nuevo año con esa sensación de borrón y cuenta nueva. Como si todo lo que han comportado los doce meses que dejamos atrás, lo dejáramos de lado.
Empezamos un nuevo año con la mirada puesta en el horizonte, con ilusión, los ojos brillantes y una sonrisa en los labios, como cuando los Reyes nos traían ese juguete que habíamos pedido.
Antes de mirar adelante y continuar, sin embargo, queremos invitarte a parar y pensar; para evitar poner el automático y reanudar lo que estabas haciendo, sin más.
Gestión del negocio en entorno VUCA: dirección, focalización, concreción
A pesar de querer dejar atrás el año que hemos terminado, es indudable que nos ha aportado conocimiento y experiencia. ¿O piensas que tú y tu negocio está igual hoy que hace doce meses?
En la primera parte del post ya hablamos de valorar y reconocer todo el esfuerzo y el trabajo realizado. Iniciamos el año, pues, desde una posición más avanzada, más experta.
En lugar de empezar en automático, recordemos primero por qué hacemos lo que hacemos y para qué. Reflexionemos si todo lo que hacemos en nuestra actividad está alineado con estas dos cuestiones.
Antes de empezar a caminar, es necesario pensar en cuáles son los grandes objetivos a alcanzar. Es necesario concretar cuáles son las grandes áreas de trabajo. Seguramente esta visión será a medio plazo, es decir, más allá de los próximos 12 meses. Esta reflexión aportará dirección y focalización.
En un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) como el actual, existen aspectos sobre los que sólo se pueden trazar grandes líneas y planificar muy a corto plazo, con dirección, y con mucha capacidad de adaptación.
Una vez se han definido las grandes líneas a seguir y las áreas de trabajo (como decíamos, dirección y focalización), se puede definir un plan a 6-12 meses (concreción). El objetivo de esta planificación no es otro que tener una hoja de ruta para anticipar las desviaciones y poder realizar los ajustes para alcanzar los objetivos.
Poder adaptarse con rapidez implica saber hacia dónde queremos ir y comprobar si los resultados se alcanzan según lo esperado. Y, en el caso de que no sea así, poder realizar las rectificaciones oportunas.
Previsiones económico-financieras: la bola de cristal para ver el futuro
En posts anteriores hemos comentado que todo lo que ocurre en el negocio tiene su traducción a números. Realizar unas previsiones de los gastos previstos y de los ingresos esperados nos permiten anticipar si las acciones a realizar llevarán a los resultados deseados. En entornos VUCA como el actual también nos permiten prever alternativas a tomar, frente a desviaciones que seguro que se producirán (es decir, nos permite tener «planes B»).
En este último trimestre, diferentes clientes nos han pedido cuál debería ser el foco económico-financiero del negocio. En la mayoría de casos, la respuesta ha sido fortalecer la capacidad de resistencia frente a altibajos que se puedan producir. Es decir, que el resultado económico sea positivo o bien, en aquellos que vienen de períodos de pérdidas, alcanzar el punto en el que los ingresos igualen los gastos. En segundo lugar, reforzar la solvencia del negocio: crear un ahorro de negocio; trabajar para que las inversiones a corto plazo sean significativamente mayores que el endeudamiento a corto plazo -en esta línea también puede ser conveniente reconducir parte del endeudamiento a corto plazo a largo plazo-.
Simplemente, a veces hay que levantar la cabeza del camino para poner la mirada en el horizonte, comprobar que vamos en la dirección correcta, y retomar ese camino.
“Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana.” Walt Disney