De trabajador autónomo a empresario autónomo
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27 de diciembre de 2017Planificación empresarial y suerte ¿Los podemos definir como elementos antagónicos?
En cualquier empresa, grande y pequeña, un año es un ciclo. En enero todo empieza, en diciembre todo termina.
Cuando llega finales de año, las empresas ya han alcanzado los resultados esperados o bien están a punto de completar con los ingresos de este último mes del año.
En algunos casos, no se han conseguido los resultados deseados y se espera que en diciembre se produzca el milagro de Navidad, como si pudiera compensar lo que no hemos sido capaces de hacer durante el resto del año. ¿Por qué no lo hemos conseguido durante los meses anteriores? ¿El mercado? ¿La crisis? ¿Los objetivos no eran realistas? ¿Los clientes no han respondido de la forma esperada? Seguramente hay múltiples razones tanto de mercado, de entorno, personales, …
Pero hay un punto importante: ¿Teníamos unos objetivos definidos? ¿Habíamos planteado unos ingresos esperados para el conjunto del año?¿ A principios de año, habíamos pensado como habían de alcanzar aquellos ingresos? ¿Hemos seguido mes a mes si se cumplían? ¿En el caso de que no se cumplieran, hemos analizado porque y hemos aplicado medidas correctoras?
Os puede parecer un planteamiento de gran empresa, pero os aseguro que no es así. Yo lo aplico tanto a autónomos como a microempresas con un simple excel.
Sin un proceso mínimo de planificación empresarial, obtener los resultados esperados es pura suerte. Es como navegar sin destino. Como conducir el coche sin saber a dónde ir. Cómo llamar a alguien sin saber qué le quieres decir. Si a principios de año no hemos planificado lo que queremos conseguir y cómo conseguirlo, no podremos hacer el seguimiento, no podremos aplicar las medidas para corregir lo que no ha funcionado. En definitiva, todo queda en manos de la suerte y, si pasan los meses y la suerte no acompaña, todo queda en manos del tan esperado milagro de Navidad. ¿Esperamos que los clientes reaccionen en estas fechas? ¿Que nos toque la lotería?
A veces pasa, no digo que no. Pero dejarlo todo en manos de los milagros hace que no sepamos dónde estamos, que no podamos buscar explicaciones a lo que pasa, que no podamos aprender, en definitiva, hace que estemos en manos del destino, de la suerte, del milagro de Navidad.
Planificar tampoco asegura el éxito, me diréis. Totalmente de acuerdo, no lo asegura, pero nos permite realizar un proceso de prueba y error sistematizado. Nos permite aprender hasta encontrar los mecanismos que sí dan los resultados esperados. Nos permite avanzar y depender de nosotros mismos. Nos permite llegar allí donde queremos de manera más rápida y con menos recursos.
Quizás para el año que cerramos ya sólo estamos a tiempo de esperar el milagro de Navidad. Pero se cierra un ciclo y se abre uno nuevo. Un nuevo año en el que todo está por hacer.
Como decía Einstein,
locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados distintos
¿Y si este año hacemos la locura de planificar sus objetivos? 😉
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[…] “de forma organizada, sin perder personalización”. Es decir, no lo podemos dejar al azar, sino que hay que organizarse desde el primer día para […]